"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"

"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
S. Choabert

sábado, 30 de julio de 2011

Viñetas

                                               Sonia Pulido


Sus conocimientos se fueron sedimentando, como el azúcar en el fondo de una taza de café turco, para más tarde leer los posos de coffee. En esa ocasión el augurio desplegó un presagio favorable: era más que conveniente descerrajar el freno mientras volaba llevando colgado de sus garras pedazos de las algunas sabandijas halladas por su camino, entretanto los engullía para regurgitarlos a sus camaradas. Y en ese instante apuró la fantasía para orientarse hacia la puerta trasera de la estampa que representaba su cabeza, a la vez que retaba al tiberio organizado en la calle que se divisaba cerca de la orilla de las huertas. Como el aullar de los lobos a la luna sintió un continuo plañido que le desollaba las manos al asimilar que, la trabazón con sus insinuaciones atadas a otras alusiones se zafaron tal que un delicuente de la policía. Así, andando por la senda de la calle sin acera, arrimada a las casas, fue emplazada a los recuadros que formaban aquella historia gráfica. La limitación de aquellas líneas negras que representaban el mínimo espacio y tiempo significativo de su historia convertían en símbolo el comic de su propia narrativa. Al cambiar el orden de la lectura de las viñetas de derecha a izquierda, los sentimientos y recuerdos quedaron cifrados empeñándose en codificar sus certidumbres. Aquel lenguaje elíptico que no expresaba todo lo que urdía su cabeza, analizaba el beneficio de la generalidad, debiendo suplir los tiempos muertos de cada ilustración en un proceso cerrado y deparando cercar las imágenes del pasado.

miércoles, 27 de julio de 2011

Efigie

                                                     Lucien Freud   


Su petición a veces se movía hacía otros parámetros, adquiriendo la naturaleza de ruego humilde y sumiso: "te pido que sorprendas, perturbes, seduzcas y convenzas". Con aquella franqueza figuraba su realidad, como las nubes disponen y perfilan una cara, calando en su interior mientras escarpaba su talla a modo de un desbastador de madera. En una remota vaguedad, ella se miraba en la luna convexa que él reflejaba, como los espejos de los aparcamientos permitiendole ver la imagen supletoria que su personalidad le prometía. Y así, ella se sentía poderosa como Perseo tras robar el yelmo de la invisibilidad de Hades. La interpretación de su individualidad se volvía una progresión de apariencias constantes rechazando lo que veía para empecinarse en lo que era realmente, una diversión para aglomerar diversos efectos especiales así como meter los pies en el fango al cruzar por aquellas aguas. Logrando gestar de ese viaje un tegumento de tacto aterciopelado tal como una historia fidedigna. Meditar sobre la objetividad de sus palabras, le asistía en una supuesta obligación de creer aquello que percibía a diferencia de lo que creía divisar escondido entre sus palabras. El fruto de aquel grado de letra, mayor que el brevario y menor que el de lectura, eran palabras patológicas, en ocasiones saludables, acariciadas por una luminiscencia aguda visible unicamente en la oscuridad. Sus ojos iconográficos reseñaban el confín de sus palabras.

sábado, 23 de julio de 2011

Predisposición



Desde el último encuentro que mantuvieron, tuvo la confianza de que él se conservaría en un  recuerdo permanente, al igual que la Biblioteca Nacional guarda con cuidado los manuscritos del siglo XV. De nuevo la espina de la nostalgia de aquel otoño se introducía en la carne y las demás aflicciones salían a su encuentro, sin celebraciones y guardando silencio, pero sobreviviendo al naufragio. La decisión estaba tomada,  encubrió sus ojos viendo la realidad tal y como es, viajando a algún país de Latinoamérica en busca de oportunidades. No tenía claro qué punto elegir, la baraja estaba sobre la mesa: México, Argentina, Colombia o Panamá. Las ruinas del piélago le correspondían en la soledad autoimpuesta. Agotada de ir de ventanilla en ventanilla portando sus penurias, basado en un título universitario junto con la licenciatura que le concedieron con la beca de postgrado, en ocasiones advertía como la desventura empantanaba su ánimo inquietándose ante ese atosigamiento. De ese modo, los tres o cuatro hábitos sencillos que la escoltaron en su peregrinaje dominó su espíritu, puesto que la calamidad de uno persigue a los errores de los demás. Sujetarse firmemente mientras descendía por la escalerilla del avión fue como otorgar a la senda del éxito la final de su mundial, ubicándose como una española residente en el extranjero, alejada de todos y avanzando en su trayecto. Había vuelto a soldar sus ataduras para conseguir crecer.
 Todo lo que cambia, donde cambia, deja detrás de sí un abismo.
Antonio Porchia

miércoles, 20 de julio de 2011

El escritor


Tras la coagulación, presionando la herida con gasas, el escritor reforzó el corazón con una llama azul preservando cierta flexibilidad hasta conseguir una banda que lo envolvía, cubriendo con pliegos de condiciones la pila de dos senos a la vez que doraba las manchas. Encadenado con una cinta aislante al arte de escribir lo bello, abandonaba sus manos en algunos de los ángulos entrantes de restos de cosas que quedaban por recovecos apartados de la vista, desobedeciendo sus confesiones, cerrando sus verdades y ladeándose hacia ciertas sospechas terminando soliviantado. Y de esta suerte, entre flemas y serenidad condescendió a voluntades ajenas publicando desde creaciones completamente provechosas hasta manifestaciones de una revelación artística asombrosa, solo que al igual que los ocho minutos que la luz del sol tarda en llegar a la Tierra, ese lucimiento no estaba presente en su vida. Pero adquirió la habilidad de un dramaturgo árabe durante la al-nahda representando textos poéticos como danzas dramatizadas con música al inhalar el calor de las imágenes reales que idealizaba, mientras mudaba a un experto glosador de textos.


lunes, 18 de julio de 2011

Diálogo de delfines


Siempre entraba el primero, su actitud de bastonero era como una figura cuasi jurídica sin bordón ni ningún otro distintivo pero velaba por el buen orden de aquella sala de baile. Las once sillas estaban colocadas en círculo para no interferir la comunicación entre ellos con mesas y otros muebles. Llegado el inicio solían ser puntuales puesto que la falta de diligencia y cuidado en asistir a su hora le restaba puntos del programa, siendo un gesto, una palabra o una metáfora el detonante que desencadenaba la conversación. En una ocasión alguien relató un sueño: “estoy en una habitación, como de un hospital, estoy en una camilla, tapada, alrededor hay varias personas de mi familia. Se acerca el médico que tiene que hacer una extraña contorsión para meterme una paletita como de helado, en la vagina y sacarme una muestra. A mi me da mucha vergüenza y mucha rabia con el Dr. y las demás personas que están ahí”. Rápidamente otro aclaró: "Etchegochen lo plantea como que “Busca iluminar algo que le pertenece al analizado, pero que no percibe
distintamente; intenta poner a la vista algo que el analizado sabe confusamente, conoce pero no es capaz de aprehenderlo a pesar de que no sea inconsciente”". Su función no consistía en interpretar, encontrando el sentido y significado de las palabras, no trataba de resolver los problemas sino de facilitar la comunicación para establecer algún arreglo entre las partes. La meta era clara: alcanzar que un fanático arrepentido tomara verdadera conciencia de los delitos cometidos y llegase a la convicción de que tendría que pedir perdón a las víctimas por el daño que les ha hecho. Un modo de avanzar hacia la justicia restaurativa.

sábado, 16 de julio de 2011

Rechazar el sopor

Determinó el valor del espacio que quedaba entre la punta de su pie y el talón del otro al subir los peldaños, la huella de la escalera no estaba muy fina, a la vez que arrastraba su maleta por el tirador después que dos de sus ruedas acabaran partidas. Franqueaba los pasos mientras abría caminos acumulando bríos de los gaudeamus que asistía, para carcajear con extraños cerrando los párpados. Atrás quedaba vanagloriarse de ser una mujer única, pasar horas embelleciendose para alardear de todo lo que la naturaleza le había concedido entretanto exploraba distintos terrenos a fin de encontrar aguas cristalinas. Consumidos sus ratos de solaz se dedicaba a clasificar las tuercas para ajustar tornillos que atesoraba en su maleta, como si fuera un osario con una inscripción grabada. Algunas de las tuercas tenían el roscado desgastado de tanto forzarlas, entonces se entrenía pasando una terraja para realzar las marcas en los momentos de flaqueza. Hasta que escuchaba el tantán de a bordo, cuando se iluminaban los acantalidos con el runrún de los coches al tiempo que espigaba en el instante que le regalaban casualidades como a los novios que se van a casar. Invertía las hélices hacía la gaceta de su aldea siendo así la duplicación de aquella realidad perfecta en la que paraba.

miércoles, 13 de julio de 2011

Blindaje

                                                    Aimee Mullins


Penetrar en aquella bolsa de aire que separaba la habitación y sala de estar del resto de espacios que le rodeaban era como salir del auditorio concurrido y adentrarse en su asilo para comer algo caliente. Antes de examinar el asunto concreto para no juzgar a priori, disolvió dos gotas de aceite de nuez moscada en tres cucharadas de miel para evitar más molestias digestivas, se encontraba extenuada ante aquella situación. Entretanto, el barman en la acera de enfrenta, con la camisa abierta hasta el ombligo y las gafas de espejo, orientaba el objetivo de su cámara hacia la ventana de la sala estar, dirigiendo su interés en incomodarla mientras despedía sus barreduras como un volcan arroja humo y cenizas. Lo había intentado todo: no esconder las basuras en los aledaños de su felpudo ni en el tapiz persa que compró en aquella subasta, así como tampoco impeler con fuerza las brozas de su macetero como el viento que aleja a un velero recalando más tarde en el grao, incluso llegó a esconder el macillo que golpeaba las teclas de su piano haciendo desaparecer la percusión de las cuerdas, para evitar molestias y quejas de aquel morador. Proyectando ciertos blindajes contra todas sus trampas, se encalleció recogiendo como gavillas de cereal toda la inmundicia de la calle hasta reducir a hilo aquella aleación de acero, cobre y latón con la que forjar una prótesis ocular y auditiva.

lunes, 11 de julio de 2011

Manos amigas



Entrelazaron sus manos uniendo su identidad con un alto grado de parecido a la vez que alcanzaban mantener el correspondiente anonimato como el poeta, admirador anónimo. Las dos manos acopladas como las ruedas a su eje, destacaban por la mayor firmeza y seguridad entre ambas personalidades, en el momento que los dos pulgares señalaban al dedo corazón formando un cuerpo íntegro con una tendencia a originar una profunda cripta donde enterrar la compasión e incluso la conmiseración que le producían sus penurias. Y así se despidieron del aeropuerto de Reus, a tan solo 13 km de Tarragona. Y mientras esperaba a que apareciera su maleta en la cinta transportadora se sorprendió al descubrir un calcetín azul, una camiseta violeta, una falda floreada. Era su propio equipaje esparcido por toda la banda de plástico después de que otras manos torpes e incompetentes, dejaran entreabierta su maleta. La carga emocional que experimentó le llevó a que sus manos se clavaran una y otra vez, como martillos, en el mostrador de información a la vez que tachonaba el parte de irregularidad y sujetaba con fuerza la hoja de reclamaciones rellenando todas las casillas. Solo deseaba hundir sus uñas en alguna de aquella mano de obra inexperta, siendo esta sensación el único remedio rápido y eficaz tal como un quitamanchas mano de santo. De camino para casa, miró sus manos abiertas y pensó en Víctor Jara, al tiempo que contemplaba sus montes rosas y firmes que perpendicularmente parecían pequeñas cúpulas sobresaliendo de la base. Destacaban las elevaciones de su mano derecha evidenciando las capacidades que había ido adquiriendo a lo largo de su vida, interpretando el presente y el futuro.

y las manos lo ayudan lo enderezan
lo limpian lo acicalan y lo envasan
manos que se conocen hace años
y hace años se mojan y se secan
se dan la bienvenida y los adioses
se preguntan se llaman se responden...

M. Benedetti

sábado, 9 de julio de 2011

Gotas

                                                      web de marlinavera


Se conocieron en la inauguración de la escuela taller mientras la alarma de incendio se activaba por el cambio brusco de temperatura. En ese instante, los rociadores automáticos instalados en el techo comenzaron a arrojar agua pulverizada sobre ellos, encontrándose debajo de cientos de gotas de agua translúcidas confundiendose con un velo de diminutas partículas vidriadas formadas por hexágonos cristalinos, como si aquel agua fuera sensible al entorno donde se hallaba. Y allí permaneció ella, oscilando alternativamente su cuerpo de un lado para otro a modo de un péndulo, apoyado en un solo punto, en el compacto rezumar de aquella humedad tras el contunuo desmenuce de la envoltura de su deliberada intención. Entretanto él, medraba la incógnita aumentando la delicadeza junto con la emoción, desenmascarando un presentimiento confuso e irracional. Ella en ningún momento perdió el referente de su dietario, confiriendo una especie de órdenes sagradas al deslumbramiento que cató en aquella pequeña porción. Él, llegó por tierra a la cima de aquel paraje, bebiendo de la médula esponjosa que destapó del interior del tallo, a la vez que acampaba en el sentido de su realidad convencido de la certeza que había visto. Ellos sin documentarse solo conjeturaron  sobre su vida predilecta, carentes de fundamentos lucubraron en aquella tergiversación deseando interpretar sus apreciaciones repletas de distintos modos de mirarse y demás visajes, dividiendo aquel todo extraño en una mitad cuidadosamente reservada y otra mitad vacua por mero artifício. Él y ella pintaron dos rayas paralelas en el antepecho de la fuente, atravesando oblicuamente el bono que les permitió disfrutar de aquel favor en beneficio de ambos, legando el botín hasta que el agua poco a poco mojó y arrastró la savia.

miércoles, 6 de julio de 2011

Tritón, mensajero de las profundidades. Concurso Paradela de Julio.


La música de Tritón era jaranera y animada, a veces extraordinaria con sonidos legendarios,  porque se asociaba al descarado sin recato, al cual siempre acababan recriminando su comportamiento, pero tenía ciertas cualidades personales que se consideraban muy correctas: era ágil y flexible para adaptarse a cualquier hilo taciturno mientras pulsaba las cuerdas que constituía el intrumento que tuviera entre sus manos. Made in Barcelona y Design in Cantabria donde terminó su carrera de piano, redondeó su trayectoria instalándose en Madrid encauzando su propia orquesta. Escasamente arreglaba alguna pieza para que pudiera ser tocada o variara la velocidad a la que se ejecutaba dicha composición, aquella polifonía horadaba como un berbiquí el listón de la sensibilidad más profunda.Y a sí mismo, lo producía rastreando los acordes más encepados en la caja del cañón folclórico y habitual, con sones y músicas postergadas desde hace mucho tiempo, consideradas excelentes en otra época. Sin embargo, él conseguía rejuvenecerlas acogiendose a las cadencias recientes sin descuidar las melodías del pueblo, por apreciarlas como propias. Su particular y subjetivo modo de actuar que a lo largo de su carrera lo ha ido definiendo, hace de este compositor que lo comparen con Frank Capra.


lunes, 4 de julio de 2011

Reconstruir



Despreocupándose de los demás, iba a lo suyo mientras pensaba de antemano, solo en los intereses propios. Procelosa, gradualmente se enderezó con una gran dosis de paciencia dando la validez definitiva como un billete de avión, intentando abombarse con el vino para no inducir en su cuerpo el peso de un costal rústico de las solanáceas, retirando la noción elemental de la caja que se deforma con el lastre mientras aumenta o disminuye la altitud de su cuerpo con relación al mar. Por fortuna, aquella insuficiencia logró vencer el obstáculo pasando el foso por encima cuando unas gozosas manos masculinas le cubrieron los ojos en tanto que una voz afable y expresiva le interrogaba por cierta información, ¿quien soy yo?. Entre preguntas y respuestas se esparció la velada diurna con un "nosotros estamos convencidos de la necesidad de reconstruir el presente". La ambigüedad de sus respuestas aumentaba la posibilidad de unirlos, buscando arreglarselas para localizar la cuadratura de los lados curvos a la vez que concebían la aparición del genio capaz de generar esperanza en el que confiaban para obtener lo que deseaban. De repente recordó aquella película en la que una chica rubia se enamora de un noble y distinguido señor, ella llamaba a su puerta pero él no recogía las alusiones que le atañía, no reaccionaba a sus peteciones. En medio de divagaciones, desviandose del asunto que ella trataba, tropezando con esquirlas de cartón-piedra de todos los colores, ella le mostraba un gesto simpático y favorable pero él continuó ignorándola. Pese a que se desvivía por evitar aterirse ante su mirada, en aquella ocasión ella se desplegó al borde del pilar de la cama, terminando la acción cuando yacen juntos. Y emprendió la construcción de castillos en el aire a pesar de lo prohibitivo que resulta su devastación.

viernes, 1 de julio de 2011

Bien llegada





Y así llegó la chica nueva como Euterpe de agradable genio, tocando la flauta y coronada con flores mientras la familia se congrutalaba, mostrando entusiasmo y felicidad por este suceso dichoso. Y ella correspondió con la canción más entonada en todo mundo: Good Morning To All. Con un buenos días a todos y sus derechos reservados hasta 2030, esta figura de estrella comenzó su órbita entre Marte y Júpiter a la vez que conformaba las recientes armonías, contemporizando su cinturon de asteroides con la multitud de sensaciones irregulares que albergaba su llegada. Absorbió y expulsó el aire estando ahí, con un gesto con las manos al igual que los italianos futbolistas cuando discuten, pero su lexía prematura del modo maraña inextricable o estado de opinión, recitaba en voz alta los versos de tu nueva vida. Tras dejar la cintura de gallina, el prístino bote de remo hizo su aparición entre lágrimas demostrando su apetencia voraz por vivir como el fresco y ligero algodón en verano, evitando el calor de julio, renovando las biografías de todos aquellos que la esperaban y contemplaban, como el aliento dinámico que se precisa para que leude la masa, fermentando la levadura. Sus ojos alegres y entreabiertos esperan que la imágenes le atrevisen y entretanto, de allende de los mares confian las ilusiones, las contiguas travesías, todos se entregaron a la flamante apareción de la chica nueva. Bien llegada, hermoso pasaje que recien comenzamos a leer.