"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"

"¿Quién no habla de un asunto muy importante, muriendo de costumbre y llorando de oído?"
S. Choabert

martes, 15 de marzo de 2011

A la demanda



El penetrante y continuo sonido de la música que provenía del salón, le produjo cierto aturdimiento que provocó su desmayó. Una vez le inyectaron la morfina para calmarle el dolor, reparó la progresiva parálisis de sus piernas, más tarde ese anquilosamiento continuó hasta la nuca, prolongandose a continuación una laxitud que elevaba los brazos nervudos como si ondeara en el agua de un estanque. Al abrir la puerta se la encontró tendida en el sofá. Por eso le sorprendió que se acercara a la fiesta y compartiera esos momentos tan íntimos y reservados de su alteración y dolencia, precisamente ella que jamás le dirigió la palabra, esa noche se aproximó con sus sombras chinescas iluminando la parte opuesta de su único espectador. El encuentro, en el que ninguno salió y hallaron lo imprescindible para recibirse, concurrió simulando amaneceres entre breves escaramuzas. Y con un nuevo valor consecutivo, la sonrisa se transfiguró en el trato de pena de silencio convenida a un ostracismo particular, preservandole en un determinado lugar seguro, desterrado con prerrogativas privilegiadas. La omisión y abstención fue necesaria. Las imágenes del repetidor no llegaron a los destinos señalados, porque se desbarató, inutilizandose la estación emisora. A la sombra y sin el cosmético apropiado para dar color a sus párpados, proporcionando indicios de su falta de madurez, la reticencia junto con las medias palabras incompletas, rebajó los colores demasiados vivos templando el tono de la luz.

13 comentarios:

  1. Morfina y cosméticos. Terapia de toda la vida.

    Eh, la falta de madurez mola. Es indispensable para las grandes ideas.

    Montemos otra fiesta.

    Petons, my friend.

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  2. Es algo triste, parecía una fiesta con fuegos artíficiales...y se transfiguró en puro teatro de artificios existenciales, ya le contaré...qué es lo que me ocurre. Por qué ando
    apagando emisoras, y borrando mis pasos sobre la arena. Venga a verme cuando quiera, la recibiré con mi mejor luna llena...las sombras de la china para sus mares indómitos.

    salud y buenos alimentos, aún a la sombra de una rendija.

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  3. Tiene un deje amargo este relato que conmueve...

    beso :)

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  4. ¿No era Hilario Camacho el que cantaba aquello de..., "qué amarga es ésta aspirina"? No es el post el que me ha sugerido la estrofa, ha sido la ironía.

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  5. Algunos impulsos o simplemente las ganas de vivir y sentir por lo menos una hora mas, para algunos es bastante estimulo para levantarse. Un abrazo.

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  6. Me encanta esa minuciosa descripción del detalle. Lo lográs muy bien.

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  7. Muchas veces incurro en ese error, ¿por qué me quedé callado? no la dije lo que sentía en aquel momento y luego me sentí culpable.
    Me has evocado muchos recuerdos.
    Un beso.

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  8. Yo también vi a la muerte por ahí.

    Un abrazo!

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  9. Hola ; ))
    Tu blog es mucho lima y bonito ; ))
    Saludo el Polaco ; *
    Besos y abrozos !!

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  10. Extraordinario. El agotamiento de la batalla constante. La espera, e incluso el vaho de peligro. No sé, tantas imágenes emanan del texto que es difícil plasmarlas, para cada uno es distinto, pero de seguro el acuerdo unánime será que el manejo de palabras que enlazan el relato es magistral.
    Saludos,

    Alejo

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  11. Hay fiestas envenenadas como hay visitas envenenadas y flechas puntiagudas.

    Saludos

    PD.- Me encanta el diseño de tu blog

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  12. Las fiestas son un vivero de encuentros extraños y deaconcertantes; pero luego todo vuelve a su cauce. ¿O no?

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